No  siempre llegamos al final de la escalera del aprendizaje, pero cuando lo logramos, nos encontramos con un quinto escalón, el de mi yo filósofo práctico, el de la competencia inconsciente consciente, el del “sé que sé”, que controlo, pero aún así me cuestiono, siento curiosidad, actitud positiva, humildad… para no caer en la inconsciencia, en  el piloto automático, en ir de juez, de sabelotodo, pues es justo ahí cuando dejo de aprender, empiezo a creerme y dejo de crearme…

Solo puedo acceder al 5 escalón guardando en mi bolsillo la curiosidad de hacerme preguntas sobre lo que me va ocurriendo en el camino de la rutina que tan bien domino y que solo cuando la combino con mi propia vulnerabilidad me permite volver a encontrar un “no sé que no sé” y sentir curiosidad. Descendiendo con una sonrisa  hacia el primer escalón, dispuesto a aprender, a desaprender, a re-aprender o simplemente  a prender…

Es aquí cuando me conecto con autenticidad a la vida, con una respiración consciente, con una comida consciente, con una comunicación consciente…

Nos cuesta reprogramarnos con nuevos hábitos o tirar por la ventana los viejos que ya no son saludables, pero llevada al extremo, nuestra vida bien pudiera ser una escalera en la que vamos subiendo peldaños entre la inconsciencia de no sabernos ignorantes y el conocimiento de no sabernos inconscientes.

¿ Y tú qué practicas más,  quedarte dormido o  hacerlo con el piloto automático ?