Éstas son algunas de las dificultades con las que se encuentran
las empresas:
o Directivos y jefes de equipo que no saben motivar, ni comprometer, ni corresponsabilizar a sus colaboradores.
o Directivos y responsables de equipo con falta de habilidades de liderazgo, comunicación e influencia especialmente
de liderazgo
y lenguaje positivo.
o Falta de cultura de trabajo en equipo: generar colaboraciones donde
priman los individualismos y la cultura de silos.
o Conflictos y falta de colaboración intra e interdepartamental.
o Conflictos intergeneracionales e interculturales.
o Liderazgo jerárquico y poco innovador.
o Reuniones largas y poco eficaces.
o Desmotivación, estrés y mal clima laboral entre clientes internos.
o Resistencias por parte de los empleados a los cambios organizacionales que propone
la empresa.
o Managers y directivos que priorizan mal sus tareas y gestionan mal su tiempo, no orientándose a lo importante ni poniendo el foco en la parte
estratégica de su papel relacional como pegamento de los equipos.